Haciendo un viaje en el tiempo nos remontamos a la antigua Grecia, fuente de lo que podemos llamar como los inicios de la publicidad. Quien no ha llegado a un paradero y ha sido atacado por estos jaladores gritando a vos en cuello la ruta de alguna combi o micro y ha terminado por subirse a este, aun cuando no era la línea que deseabas y te subiste solo por miedo, pues es así como empezó esto de la publicad, formalmente podemos llamarle “El grito comunicativo”. En la antigua Grecia el mensajero probablemente se paraba al centro de la plaza y gritaba lo que tuviese que anunciar, ¿curioso verdad? Así mismo fue en esta época que apareció lo que conocemos nosotros como graffiti, una practica que se usa para expresar el desacuerdo y el sentir del pueblo.
¿Quién no ha visto una publicidad llamativa y ha sentido deseos de obedecer al pie de la letra lo que ésta nos decía, ya sea comprando el producto o visitando el lugar que nos presentan. Lo cierto es que la publicidad no siempre ha sido así de vistosa y seductora sino que ha evolucionado igual que cualquiera de las disciplinas creadas por el hombre. Si bien en un primer instante se trato de un medio de llamar la atención, ahora es parte de toda una filosofía artística y social, y se le ha definido bajo 2 conceptos que nos llamaron la atención de esta nueva disciplina artística, aunque ni tan nueva.
Lo más claro que tenemos en mente es las 2 definiciones más básicas de la publicidad: la publicidad como método persuasivo y como un instrumento económico. Si bien mucho de su desarrollo se ha logrado gracias a la avance de los medios de comunicación, es otra la manera en donde advertimos mejor su origen.